Décimo Octava Página
Se acaba el día y llega la noche, mi cuerpo cae rendido en el lecho pero en mi pecho palpita mi pesadilla con un run run que me carcome la razón y su tum tum hace que lo pensamientos no cesen, mi cabeza, en mi pecho yace mi bendición que irónicamente es al mismo tiempo una maldición, que me condena a pensar que tengo que alcanzar el risco más alto que tengo que tener aún más ambición.
Suelo pensar en noches cuando cae la luna y se torna oscura, que ojala cese ese razón, esa maldición ese...
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