Vigésima Quinta Página
Y es que a la noche el mundo parece más grande y uno más pequeño, el reloj suena y dices un día más pero te das cuenta de que es un días menos, una cuenta que no para y sientes que el tiempo pasa demasiado deprisa para pasar las noches con miedo y las mañanas con una máscara que encubra nuestros sentimientos, pero aún así al día siguiente nos vestimos de asertividad y con una sonrisa de mentira, saludamos a aquellos que llamamos amigos, compañeros y por dentro pedimos a gritos que esta vida nos permita, terminar de derrumbarnos, sobre alguien que nos apoye, para poder empezar de nuevo... Pero los palos de la vida nos quitaron la habilidad de pedir ayuda, porque la desconfianza te mantiene en esa eterna duda y ese miedo, ese miedo a perder a la gente que queremos, pero también de a nosotros mismos perdernos
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