Trigésima Segunda Entrada

Hace frío, en el telediario dicen que no, pero lo notó hace frío, se eleva poco a poco empieza por los pies, no viene del suelo, es algo que escala pero lo ignoras, al llegar a las rodillas empiezas a notarlo, es una presencia, las piernas no te responden, de la cama cuesta levantarse y tu hueco en el sofá empieza a ser tuyo porque el moverse de él parece imposible, ¿salir? parece hercúlea la tarea, aún así te niegas al frío, no existe, tu puedes, te dices. Se mete dentro de los pantalones, en zonas íntimas, pierdes la libido tan rápido y te convences de que no es nada, aún sigues de luto, afirmas, por eso no quiero nada con nadie y dejas que el frío siga escalando, y va directo al estómago, esas comidas favoritas ya no te entran ¿Pero si eras un tragón? dicen tus colegas, y los no me siento bien o no tengo más hambre comienzan. Te das cuenta del problema, pero el frío ha hecho de ti su dominio, poco a poco te congela, y llega sabes que llega, a ese órgano palpitante, te da miedo porque de pronto su "tum tum" es crepitante, te da miedo, pavor, terror, las lágrimas saltan en tu cara pero las enjugas y las escondes, te das cuenta de que debiste haber luchado y no lo hiciste "¿que más podías hacer?" La gente de pronto no te llama, no de que tu móvil no suene, sino de que tienes mil planes, pero no tienes ganas de nada. Y finalmente llega a la cabeza y se frena, el frío y tu sois uno, y estás congelado estancado, poco puedes hacer, el frío ha ganado te queda la espera de que pase la tormenta de invierno y llegue en tu vida una segunda primavera o un verano, pero mientras congelado te quedas esperando, a que suceda lo que suceder tenga