Quincuagésima Octava Página

Hoy me doy cuenta de que uno de los grandes males de los que sufre la falta de valores de las generaciones en las que me veo metido que es un espectro muy amplio pero que se acrecentado según más jóvenes sea el sujeto y es que nos falta una enorme de empatía y solidaridad, nos centramos en nuestros problemas, confundiendo términos como independencia con saber apoyarte en el momento en el que lo necesites, pensando que es alguna clase de debilidad, no pensamos en lo que puede pasar otra persona porque nos centramos en lo que nos pasa a nosotros, y nos da igual que la otra persona se desangre en nuestras narices o se muera de hambre, nosotros no podemos ayudar.

Pero ahora me saco del grupo, no es porque me considere mejor que nadie, pero he demostrado en más de una ocasión que me la suda llevarme un palo una hostia por ayudar a un amigo, o a un desconocido, que me dejo la piel por intentar comprender las situaciones de los demás aunque los demás no hagan un mínimo esfuerzo en comprender la mía, no los culpo mi vida es una carga enorme y una sola pieza de ella podría con cualquiera de la generación que me persigue, es por eso que hago proezas de fuerzas y cargo con mis problemas y a veces con lo de los demás

Y una cosa es cierta, que las personas que debes mantener en tu vida son las que suman y las que sobran son las que restan, esa a partir de ahora es una máxima, una norma interna, en cuanto una persona deje de sumarme y empiece a restarme de mi puede despedirse, y una vez me aleje de su vida que empiece a arrepentirse.