Sexagésima Primera Entrada
Decidí mirar atrás, muy atrás con un niño interior contactar y nunca imaginé lo que podría pasar, me encontré con un yo inocente despreocupado alegre hasta incluso alocado, no temía las consecuencias, no quería impresionar a nadie, él con ser él se sentía feliz, ¿Cuántos palos hicieron falta para que aquel pasase a ser yo? me pregunté e intenté echar la cuenta de esos palos, pero no conseguí llegar a un número concreto, pensé profundo y recordé que mi máxima fue siempre la del romántico de siglos pasado, Carpe diem et Tempus fugit vivamos el momento y hoy demos lo mejor de sí para así ser feliz.
Y a partir de ahora me hago una promesa, aquí ante mis lectores y es que nuevamente vivamos la vida, que es corta y frágil como una llama en la tormenta, y si vamos a la deriva, disfrutemos de ella, y esperemos que la marea a buen puerto nos lleve, alegremos las caras, seamos felices aunque encima nos llueva
Y a partir de ahora me hago una promesa, aquí ante mis lectores y es que nuevamente vivamos la vida, que es corta y frágil como una llama en la tormenta, y si vamos a la deriva, disfrutemos de ella, y esperemos que la marea a buen puerto nos lleve, alegremos las caras, seamos felices aunque encima nos llueva
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