Septuagésima Séptima Entrada

Salimos por las mañanas pensandonos ser seres libres, somos humanos, somos el centro del universo y cada día me doy cuenta de que errados estamos. Ni somos libres, cada vez somos menos humanos y somos el centro de la nada.

Y es que como la sociedad se va haciendo poco a  poco un poco más individualista, menos comunitaria, menos solidaria, menos humanitaria, la teconología que nos permite comunicarnos, nos aisla en nuestro egoísmo, pero ponemos un # para sentirnos mejor con nosotros, no somos egoístas, compartimos, exigimos y luchamos.

Nos confiamos, nos damos palmaditas en la espalda diciendo que es mejor luchar con la pluma que con la espada, mientras nos creemos las palabras de unos y otros, los de siempre, los que mandan, o los del cambio que quieren mandar, no nos damos de que da igual que quieren gobernarnos, y nosotros decimos ser libres de elejirlos, que error ¿no?

Donde está nuestro criterio, donde está su castigo cuando hacen las cosas mal, donde establecemos los limites, criticamos la espada pero no nos damos cuenta de que con la pluma nos censuran, nos quieren ocultar y reprimir, pero de una manera curiosa, dandonos "más libertad" y es que como todo la libertad en exceso es un vicio per se y nos confiamos en que al ser libres podemos hacer y decir lo que queramos sin darnos cuenta de que estamos siendo controlados por sus palabras por sus medios.

Somos egoístas que nos creemos solidarios, somos luchadores que no sabemos de la lucha, y somos libres mientras estamos encerrados