Centésimo Vigésimo Séptima Entrada
Tu eres tú y yo soy yo, somos dos personas distintas, somos diferentes, podemos parecernos pero nunca seremos lo mismo, nunca pensaremos igual, ni tendremos sobre una situación una opinión cien por cien idéntica, puede que yo no sea más sabio que tu que haya cometido más errores, pero soy más viejo y eso me hace ver las cosas de manera no sé... llámalas diferente. Hoy me doy cuenta de que me tienes tan equivocado que por conocerme no me conoces ni un poco, no terminas de comprender que hay cosas que me irritan y no haces por ver que aquello que hiciste me repercute a mi hoy, no puedes comprender hasta que punto tus decisiones se han hecho mías y tus errores se han ido haciendo míos, y que es que cuando me miro en el espejo y veo al Reybag de ayer pienso que fue de aquel crío tendrá el final feliz con el que soñaba, dejará de ser ese hombre de hojalata al que tanto odiaba, como en el cuento este extraño pinochio será un niño normal, o acabará como el Reybag que se refleja con la mirada hendida y herida por las puñaladas de la vida y el tormento de que el tiempo que dicen que todo lo sana pero las cicatrices le duelen cada mañana, dura vida, de guerrero, me tildaron de valiente siendo simplemente un loco más, un pasajero, un superviviente, y luche y no lo niego pero ¿a que precio? perder mi estabilidad mental y emocional ha sido un precio alto y hoy en mi cumpleaños el día numero 27 os diría que de pocas cosas me arrepiento pero mentiría, me arrepiento de en esta vida haber confiado de más y de haber dado al que menos lo merecía, de haber apostado todas las fichas al caballo perdedor y sin embargo pienso que si algo tiene de bueno esto es que aprendí del error y aunque herido miro mis magulladoras con cierto orgullo porque sé que al fin al cabo soy una persona más sabia gracias a ellas y más fuerte.
También en el día de hoy no puedo sino dar gracias a una vida anónima, una vida perdida para mi desconocida que dando la suya me dio la mía y que hoy en mi pecho late con fuerza y energía, siendo el motor que en momentos de desesperación y amargura me hacen recuperar la consciencia, tomar templanza y decir merece la pena levantarse otro día, me hace pensar que hoy también puedo con el luneso el martes o el miercoles y que le den por saco a todo aquel que me miré con desdén o desprecio y piense que sabe más que yo de algo, de la vida, porque amigo de otras cosas no pero de todo ha pasado en la mía.
También en el día de hoy no puedo sino dar gracias a una vida anónima, una vida perdida para mi desconocida que dando la suya me dio la mía y que hoy en mi pecho late con fuerza y energía, siendo el motor que en momentos de desesperación y amargura me hacen recuperar la consciencia, tomar templanza y decir merece la pena levantarse otro día, me hace pensar que hoy también puedo con el lunes
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