Centésimo Cuadragésima Séptima Entrada
Siempre me dicen lo mismo pero mi cabeza no se entera, cabezota fui, cabezota era, la constancia distaba de ser mi virtud, y es que sólo puedo escribir si lo que voy a decir sale del corazón, no hay matemática ni rítmica en lo que digo porque si lo hubiera mis escritos no serían míos, y es que es así en mis versos emociones y frustraciones, amores y desamores, traiciones y tentaciones, pareciera esto pasión de gavilanes, y en mi prosa personajes que por las noches me susurran que narre y relate de las mil historias la suya, y lo peor es cuando la condición del espíritu no anda por la labor, entonces adiós al escritor y últimamente paso por una época en la que me vuelvo a enfrentar a mi mismo y eso hace que se note en mis escritos
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