Centésimo Quincuagésima Novena Entrada
Y aguantaré solo por joder, podré con lo que me echen pues mala yerba nunca muere, me dicen que he cambiado y le digo que se equivocan, no ha habido cambio alguno, simplemente he aprendido a no fiarme a que los puñales siempre vienen por el mismo lado y empuñados por las mismas manos. Los palos de la vida son mis armas, mi escudo la dureza, la resistencia y el haber aprendido que la soledad me hace más fuerte de lo que jamás hubiera creído y ahora soy yo quien con sed de venganza afila los puñales, como amigo soy muy bueno pero como enemigo tened en cuenta que lanzaré ataques letales, entended la metáfora, no me seáis subnormales vengo para derrumbaros la moral, la esperanza, vengo para devolveros cada golpe y tirar por la borda vuestra entereza, para derribar fortalezas.
Quisisteis joder y ahora tocara arrepentiros porque desde hoy, guerra al que fingió ser mi amigo. Él que se puso máscaras, el que dijo ayudar, el que dijo estar, el que en falso me señaló de traicionar y no estar, él que se acercó con maldad, él que se quiso aprovechar, todos aquellos verán arder su ciudad mental, si es que algo en ella queda, destruiré todo lo que os rodea, mirad hacia arriba, suplicad piedad, y desde lo alto hacia abajo al mirar, que os jodan pues ya mucho me tuve que callar.
Quisisteis joder y ahora tocara arrepentiros porque desde hoy, guerra al que fingió ser mi amigo. Él que se puso máscaras, el que dijo ayudar, el que dijo estar, el que en falso me señaló de traicionar y no estar, él que se acercó con maldad, él que se quiso aprovechar, todos aquellos verán arder su ciudad mental, si es que algo en ella queda, destruiré todo lo que os rodea, mirad hacia arriba, suplicad piedad, y desde lo alto hacia abajo al mirar, que os jodan pues ya mucho me tuve que callar.
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