Centésimo Sexagésima Primera Entrada
Estuve perdido, hasta hace poco, miré hacia el espejo y no vi el otro lado, allí solo había oscuridad, ante el miedo pensé que no podría salir, que no quedaba esperanza para mi, más nuevamente no me rendí, estuve sentado un tiempo, y me di cuenta, pues hilando de pensamiento en pensamiento aprendí a reconocer esa voz que esta ahí, que me dice que yo no debería estar aquí, que sobro, que a ningún lado pertenezco, aprendí a reconocer a mi demonio, y aprendí que no debía combatirlo, que no podría convencerlo, es por eso que siempre me derrotaba.
Miré de nuevo al espejo y le vi a él, le tendí la mano, a él, mi enemigo más íntimo, me miré a mi mismo y me acepté, con mis demonios, con mis defectos, con mis falsos pensamientos, y le advertí a él, que ya no me va a vencer, que de la oscuridad del espejo saldré, no soy traidor amigo, te avisé y cuando salga yo tu demonio seré sin dudarlo lo sé, aceptandonte te venceré.
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