Centésimo Cuadragésima Entrada

Hoy el desconcierto y la desprotección se ha apoderado de mi, ya era consciente de que nuestra justicia, nuestro sistema estaba podrido, pero no imaginaba que semejantes seres pudieran hacer la vista gorda ante los animales que tenían delante.

Hoy tan sólo un pensamiento en mi cabeza, ojalá la sociedad os lo haga pagar, y es que si la justicia decide no actuar, deberemos ser nosotros lo que lo tengamos que hacer, por mi parte os pido que no les dejéis hacer una vida normal, que el "cazador" sea cazado y que se den cuenta de que nunca debieron creerse manada, pues la manada de verdad es la que espero les acabe por devorar.

En esa manera que tenían de autodefinirse sólo una cosa es verdad y es que no son personas, son animales, son una manada de perros sucios y sarnosos, que no se merecen nada bueno y todo el mal, ojalá mi ciudad, que no la vuestra, os lo haga pagar, yo por mi parte no os quiero en ella, no quiero que piséis Sierpes ni Constitución, no quiero que paseéis por la judería, ni volváis a acercaros a la catedral, ojalá y espero que os echen a patadas de la provincia que acabéis viviendo en alguna cueva lejos de la sociedad, en la que por animales no debisteis ni entrar.

Cuando la justicia falla, ya tan reiteradamente parece que solo queda tomarse la justicia por su mano, pero no os deseo el mayor de los males, el mal fatal, el letal, os deseo simplemente que no, os deseo algo peor que el más allá os deseo que no volváis a sentir felicidad alguna que no podáis levantar la cabeza, que no podáis salir a ver el sol, que la sociedad sea las cadenas que un sistema podrido y corrupto no os ha puesto, que no la sociedad os ponga correa y bozal.

Animales sois y animales serán, sólo os pido que los tratéis como tal.

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