Página Perdida 39

Sutil cuchillo, que con estilo, afilo cuando puedo la hoja, es el envés de mi lengua cuando se dispara certera la palabra acertando no sólo la distancia a la que ha de llegar sino cuanto profundizar en un herida puedo, con sólo una frase una mente frustrar y sacar de quicio.

Y es la palabra mi mejor espada, está bien entrenada y es dañina, a veces ponzoñosa, dolorosa cuando quiero y misericordiosa cuando debo, es pues de las armas del ser humano la más potente y la que por decencia mejor entreno, es la palabra mi arma favorita, igual que el dolor de su filo las cicatrices más feas en mi piel dejó, entended que poder puedo hacer lo que quiera con ellas, más normalmente de las saetas que podría gastar no gasto, y no por tacaño, sino porque algo debéis de haber hecho para recibir letal y certero disparo del arco que fabrica mi boca, y como balas podrán salir si el enfado es merecido.

También os reconoceré que los dardos más dañinos los que peor veneno llevan, son los que destilo para uno mismo, porque la palabra domino, la palabra me domina y a veces he sido imprudente y la palabra mal dicha me ha hecho en el yo una herida y es por eso que antes de usar la palabra en discurso de enfado me meto una jeringuilla de malas palabras para ver si me calmo, es mi opio la palabra las que en tinta de sangre desparramo las que antes de causar alguna masacre el daño que pudiera hacer a mi mismo me hago.

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