Cuaderno dos: Septima entrada

A veces pienso ¿Cuándo fue la última vez que hable de sentimientos de tu a tu?. Qué me salieran las palabras directas del corazón sin que la razón se metiera en medio entre los dos, me duele pensar esto, pero al loco impulsivo la madurez lo detuvo, y si esto es madurar creo que empiezo a imaginar porque peter pan se quedo en el país de nunca jamás. Yo me pregunto por mi niño interior mientras tu me llamas infantil por una mera cuestión de gustos y me replanteo cada decisión desde el momento en que mi corazón por un segundo se detuvo.

He vivido acobardado desde entonces, no he querido dar disgustos, he querido ser modelo y primero, pero la verdad es que yo siempre seré el segundo, y esto es solo cuestión de tiempo y etiquetas, cambie las espadas y corazas por trajes de chaqueta y pensé que de esta manera escaparía de las tretas, y ahora tras la venda caída veo la amenaza.

Creerme primero, pensar que los enemigos ya cayeron, sin embargo solo he sido necio, pues dejar de pelear ha sido el comienzo de esta lenta muerte, y yo pensé que la hube esquivado hace ya unos cinco años, pero por dentro me corroe el saberme traidor de mi propia mente, mi razón ha debilitado lo que en mi pecho late, que es lo más grande y lo que siempre me ha hecho fuerte.