Vigésimo Sexta Entrada
Late con fuerza, lo notamos muchas veces, pero que poco te escuchamos, resuena en tu cabeza cuando el estrés te vence o te martillea cuando el amor te viene de frente, te trae más de un quebradero de cabeza y pasamos más de una vida recogiendo las piezas de cuando te rompes, pero eres el motor de nuestra vida, en mi caso de dos de ellas, me conduces y nunca le haces caso a la cabeza, y que felices somos cuando dos suenan como uno, sin tener que pronunciar tus letras puedo nombrarte de mil maneras y puedo decir que tengo la suerte de haber podido vivir para sufrir todas las experiencia que hemos compartido, dos años nada más y un centenar de ellas, veinticuatro por otro y parece que años ya hayamos vivido ochenta, que alegría tan inmensa el escuchar tu latir, y hoy vamos a sonreír, por ti y también por mí.